Reflexiones libertarias sobre la 4ta marcha contra el régimen laboral juvenil
La cantidad de manifestantes a la 4ta marcha contra el régimen laboral juvenil fue realmente sorprendente. Creció significativamente respecto a las anteriores, esto como reflejo de los días de coordinaciones en cada Zona, así como los piquetes informativos, las pintas en paredes, las convocatorias por redes sociales, etc. El punto positivo fue justamente la parte comunicativa y organizacional a nivel del llamamiento a salir a las calles, y a pesar de los psicosociales y amenazas desde el Ejecutivo, los jóvenes no tuvieron miedo y salieron a ocupar las principales vías del centro de la ciudad. Miles de nuevos compañeros y jóvenes entusiastas asistentes a la manifestación tuvieron su bautizo lacrimógeno e incendiario como para ir curtiendo el cuerpo a lo que se nos viene.
Quiero resaltar dos puntos: los medios de prensa dicen que las movilizaciones son obra de la oposición política al gobierno ,que detrás de las marchas están partidos como el Apra, Acción Popular, hasta fujimoristas y demás. Si bien es cierto, es obvia y notoria la presencia de infiltrados y oportunistas que buscan ganar réditos en convulsiones sociales para mostrarse “de lado del pueblo”, estas convocatorias y luchas no son obra de partido alguno, ni siquiera de los de la izquierda tradicional o “modernos”, sino que son expresión de un reciente nivel de reorganización a nivel de bases, de generar nuevos panoramas en el quehacer sociopolítico, de ir generando nuevos quiebres en el tejido social que busca responder a las arremetidas del capitalismo.
Durante las semanas de preparación y asambleas en cada barrio lo que se ha visto con mayor fuerza es la potencialidad de la auto-organización, de la democracia directa en cuanto a la toma de decisiones y métodos de acción, la horizontalidad que se va posicionando como el único mecanismo de discusión y resolución de acuerdos, etc.
El otro punto es la incógnita de hacia dónde va toda la energía desplegada en las recientes movilizaciones. Se han dado tantísimas experiencias de coyunturas aprovechadas por cálculos politos para ganancias pre o postelectorales, o para encaramarse dentro de los malestares sociales. Esto sin duda, ayuda mucho a la desarticulación del movimiento popular que busca construir su propia alternativa que no necesariamente está enmarcado en las lecturas cuadradas de los cabeza de ánfora. Es decir, es necesario plantearse el desemboque político al malestar reciente y no dejarlos en meros coyunturalismo o activismos desgastantes.
Solo la militancia asegura el éxito de las luchas sociales, y ahora a partir de que se ha logrado visibilizar aún más que el problema no solo es el modelo económico y sus políticas antilaborales sino el sistema capitalista en sí, ahora que existe una efervescencia interesante que exige rebasar reformismos adormilados o acuerdos bajo la mesa, es más que necesario construir la herramienta de acción, lucha, protesta y propuesta para nuestro pueblo, para nuestra clase, que no sucumba ante los embates del enemigo y que logre responder a los nuevos tiempos.
Solo organizados social y políticamente, con criterio programático, con solidaridad desde la lucha y con acción directa de masas, podremos revertir cada arremetida de los periodos socioeconómicos que nos toca vivir y saber plantear una respuesta viable a problemas urgentes como trabajo, vivienda, seguridad, derechos sociales, etc.
¡Arriba los y las que luchan!
Franz García
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