La información llega hasta nosotros a través del "Papiro de la huelga" conservado hoy en día en Turín, Italia. Eran tiempos difíciles, Ramsés III envejecía y la civilización egipcia entraba en declive a causa de guerras (invasiones desde Libia), de una creciente burocracia corrupta y de los cuantiosos gastos para construir las monumentales obras requeridas por el faraón. 

En el Valle de los Reyes existía un pequeño pueblo llamado Dier-en-Medina donde residían los obreros y artesanos que construían las tumbas faraónicas. Mientras que en la actualidad siempre se representa a los antiguos trabajadores egipcios como esclavos, en realidad muchos de estos recibían un sueldo. El sueldo no consistía en billetes ni monedas, sino más bien en una cantidad determinada de víveres y alimentos que luego los trabajadores intercambiaban entre ellos de acuerdo a las necesidades de cada familia. 

El conflicto inició cuando el Haty de Tebas, un administrador corrupto, decidió retrasar las entregas y disminuir la cantidad y calidad de productos pagados a los trabajadores. Después de 20 días, los trabajadores no podían soportar más la situación y expresan su malestar más o menos de la siguiente manera: "Os notifico que estamos seriamente empobrecidos (…) Y que la calidad de las mercancías fruto de nuestro trabajo, está cercana a la categoría de la basura”.

En vez de ir a trabajar, los obreros y artesanos se dirigen hacia los templos construidos y se sientan frente a ellos. Luego, viendo que la situación no mejoraba, los trabajadores deciden invadir los templos para continuar sus demandas, haciendo huir a sacerdotes y vigilantes que no podían contener a la muchedumbre. Se les otorgó pan pero no era suficiente para calmar la ira de este prehistórico proletariado. 

Los trabajadores continuaron invadiendo e incluso saqueando los templos que ellos mismos habían construido en continuos paros que duraban días, semanas e incluso meses. No se sabe como termina el conflicto exactamente pero sabemos que las huelgas continuaron hasta la completa desaparición del pueblo y el abandono del Valle de los Reyes por parte de la XX dinastía. De este modo concluye la primera huelga jamás documentada de la historia.